GERMINAR SEMILLAS DE CÁNNABIS
01.03.2016 23:43Antes de empezar con la germinación, hay que tener algo muy importante en mente: la limpieza es un factor crucial para trabajar con tus productos y no se limita solamente a los materiales o a las herramientas que vas a usar, sino que también incluye a ¡TI MISMO! Por ejemplo, si eres fumador (tabaco)… ¿sabías que la nicotina es venenosa para las plantas de cannabis, de la misma manera que lo es para ti? Trabaja como si fueses un cirujano y usa un jabón anti bacteria para lavarte las manos antes de cada operación. Pinzas, tijeras, tiestos, cubos – TODO debe estar limpio para obtener los máximos resultados con el menor riesgo de contaminación.
Para un buen comienzo con las semillas, debes colocarlas en un entorno húmedo y acogedor. Inmediatamente tras romper su cáscara, la pequeña raíz buscará humedad, asegúrate de darle un entrono hidratado a esta nueva vida; si no lo haces, la semilla morirá. Mantén un nivel alto de humedad durante todo el proceso de germinación.
Independientemente de si usas una lámpara calefactora, colocada sobre tus bebés, o una almohadilla térmica, mantén las semillas calientes. Básicamente hay tres componentes para una exitosa germinación: calor, humedad y oscuridad. E incluso después del periodo de oscuridad, las semillas necesitarán una humedad alta.
Existen varios métodos para la germinación de semillas de cannabis, pero nos limitaremos sólo a tres; los tres más fáciles y casi a prueba de tontos.
1. Pon tus semillas en un vaso y cúbrelas de agua. Eso es prácticamente todo, solamente tienes que cambiar el agua todos los días. Se recomienda mantener una temperatura constante del agua de 20°C. En tan sólo 3-5 días verás aparecer unos puntos blancos que indican que las semillas han roto sus cáscaras. En ese momento comienza una nueva vida que espera ser alimentada con rapidez. Tan pronto como las raíces tengan 2-3 mm de longitud, es hora de poner las semillas en tierra. Haz un agujero de unos 0,5 cm en la tierra y coloca dentro la semilla con mucho cuidado; cúbrela con tierra. Proporciónale suficiente humedad por medio de un dosificador, pero no empapes la tierra. Para el calor y la luz, coloca una lámpara fluorescente encima.
2. Algunos criadores dicen “en la oscuridad” y otros “necesita luz”; nosotros apoyamos el método oscuro. Toma dos pedazos de algodón o dos toallas de papel y coloca las semillas en medio. Asegúrate de que el algodón/papel no esté demasiado húmedo ni seco. Después de unos 2-3 días podrás ver como las raíces salen de la cáscara de las semillas y es ahora cuando las tienes que colocar con cuidado en la tierra, con las raíces mirando hacia abajo, por supuesto. Ahora mantenlas calientes y húmedas y añade algo de luz; unas 18 horas bastará.
3. Planta tus semillas directamente en suelo normal. La ventaja es que no tienes que replantar o mover la planta, evitando así dañar la semilla. Una vez más, mantén el entorno cálido y húmedo.
Nuestro consejo, en resumen:
Pon las semillas directamente, a unos 0,5cm de profundidad, en la tierra y coloca una lámpara encima. Si usas algodón húmedo, colócalo en la oscuridad a unos 20-22 grados de temperatura (del suelo/agua) y asegúrate de cambiar el agua todos los días.
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